Sacerdotes: aventureros de Cristo y custodios de la Eucaristía
La película Aventureros de Cristo, destacada en ACI Prensa, retrata la vida de los misioneros católicos en Asia, mostrando su entrega en lugares donde la Iglesia es joven o minoritaria. Los sacerdotes y religiosos enfrentan desafíos culturales y personales, pero su espíritu de servicio y su amor por Cristo los impulsa a llevar la fe a quienes más la necesitan. El artículo enfatiza cómo esta labor no es sólo heroica, sino un testimonio cotidiano de fidelidad a Dios, enraizado en la oración, la Misa y la vida sacramental, mostrando que la verdadera misión comienza en el corazón del sacerdote.
Difundir el buen aroma de Cristo
Desde la Adoración Real Perpetua y Universal queremos felicitar y agradecer profundamente a todos los sacerdotes por su generosidad y respuesta al llamado de Dios. Como los misioneros retratados en la película, ustedes ofrecen su vida y su tiempo para alimentar a las almas con el Cuerpo de Cristo, sosteniendo comunidades y fortaleciendo la fe. Cada Misa celebrada, cada confesión y cada gesto de servicio son un testimonio de amor que restaura y transforma vidas, haciendo presente el Corazón de Jesús. Su entrega desinteresada nos inspira y merece reconocimiento y gratitud en toda la Iglesia. Sin Uds no hay Iglesia, porque este Cuerpo Místico se alimenta del Cuerpo transubstanciado. El sacerdote es la reproducción del mismo Cristo, su misión se traduce en salvador de almas y glorificador del Padre.
NO SON «SUPERHÉROES» PERO, MEJOR , SON CRISTO
La Eucaristía, centro de la vida sacerdotal, es también fuente de renovación y fervor para quienes desean imitar a Cristo en la misión. Ver cómo los sacerdotes misioneros viven la fe con alegría y valentía invita a todos a intensificar su adoración y su amor por el Sagrario. Que cada oración, cada visita al Santísimo y cada acción de caridad sea un encendido de ese fervor eucarístico, capaz de sostener la misión de la Iglesia y contagiar a otros con el fuego del Corazón de Cristo. Decía la lectura del oficio del lunes día de San Gregorio Magno (10/11):
«La señal de la cruz hace reyes a todos los regenerados en Cristo, y la unción del Espíritu Santo los consagra sacerdotes; y así, además de este especial servicio de nuestro ministerio, todos los cristianos espirituales y perfectos deben saber que son partícipes del linage regio y del oficio sacerdotal. ¿Qué hay más regio que un espíritu que, sometido a Dios, rige su propio cuerpo? ¿Y qué es más sacerdotal que ofrecer a Dios una conciencia pura y las inmaculadas víctimas de nuestra piedad en el altar del corazón?
Nos hacéis mucha falta, ¡danos santos sacerdotes según tu Corazón Señor!. Cuando perdemos un sacerdote santo, cuando tenemos un sacerdote que se confunde con el rebaño o que parece un lobo entre la ovejas clamamos lo que hoy leemos en el Oficio de Lecturas:
«¿Por qué nos dejas, Padre? ¿A quién encomiendas nuestra desolación? Invadirán tu grey lobos rapaces; ¿quién nos defenderá de sus mordeduras, si nos falta el pastor (el buen pastor)?
San Martín de Tours es un sacerdote que fue llorado por sus fieles que, estando él en agonía, le rogaban que se quedara con ellos y el santo rezó: «si tu voluntad es que me quede lo acepto con el mismo amor que si tu voluntad es que vaya a tu lado».
Reconocemos el sobreesfuerzo que hacéis para llegar a todos los hermanos a vosotros encomendados. Ante la falta de vocaciones estáis, muchas veces exhaustos y tantas veces sólos y demasiadas veces juzgados y maltratados por nuestras críticas. Queremos que sepáis que rezamos por vosotros en nuestras adoraciones y visitas al santísimo, en nuestros rosarios; ofrecemos por vosotros sacrificios y actos de misericordia para que el Señor y María os acompañen, os fortalezcan, os guíen, os dejéis mimar por ellos, para que aprendamos a estar a vuestro lado, igual que vosotros al nuestro, sin juzgaros, sin condenaros, con el deseo de ayudar y no estorbar, de hacer Iglesia.
Desde el Movimiento de la Adoración Real Perpetua y Universal nos ofrecemos a trabajar activamente en vuestras parroquias, en los grupos de oración, en los grupos de Bliblia, en el servicio litúrgico; si eso os ayuda en el ministerio. Gracias a Dios por el testimonio de las vidas gastadas por el hermano, por los sacerdotes valientes se que manchan de barro para rescatar a la oveja perdida.
¡NOS VEMOS EN EL SAGRARIO!, el lugar donde se dan cita las almas que se aman.