XX Carta-Circular del Consiliario Nacional: Septiembre 2018
“QUIERO SER ADORADO DE TODOS LOS HOMBRES EN TODOS LOS SAGRARIOS DE LA TIERRA”
¡Adoremos por siempre al Santísimo Sacramento!
Queridos adoradores (as) del Santísimo Sacramento, queridos hermanos y hermanas:
1.- Os saludo en Cristo, Señor nuestro, Sacramentado por nuestro amor. Con el mes de septiembre programamos también en la ARPU un nuevo curso eucarístico. A ello os animo y convoco en vuestros -nuestros- grupos parroquiales, diocesanos, etc.
Miramos con ojos de fe el nuevo curso que Dios nos concede comenzar distribuyéndonos con él un cúmulo de gracias, de ayudas, de beneficios. ¡Cuántos medios de formación, de encuentros reales con su Amor, de nuevos consuelos suyos con nosotros y entre nosotros mismos. ¡Nos los concede por su parte! Por la nuestra está el corresponder -en lo posible- a ese cúmulo de sus bondades y beneficios.
2.- Hemos de mirar siempre con los ojos de la fe la Santísima Eucaristía, dar cada día un salto de fe en el Sacramente, que, como enseña el Concilio Vaticano II (desde hace más de 50 años), “contiene todo el bien espiritual de la Iglesia” (PO 5), “es la principal manifestación de la Iglesia” (SC. 41), la “raíz y quicio de la comunidad cristiana” (PO 6), la “fuente de la vida de la Iglesia” (PO 15); “es fuente y cumbre de toda la vida cristiana” (LG 11); es “el alma del apostolado de la Iglesia” (LG 33); es el “misterio de la fe por excelencia” (Benedicto XVI en Sacramentum Caritatis”. Es, en definitiva, el don supremo de Cristo, Él mismo.
Resumiendo su riqueza y grandeza el Catecismo de la Iglesia Católica enseña: «La Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe” (nn. 6; 1327).
Citando a Santo Tomás de Aquino, el Papa San Juan Pablo II escribe: “No hay peligro de exagerar en la consideración de este misterio”, porque ‘en este Sacramento se resume el misterio de nuestra salvación”.
3.- Para conocer y vivir todo ello está la ARPU; su razón de ser está en relación directa, íntima y esencial con la Eucaristía. Por eso necesitamos tener reuniones, celebraciones, formarnos, ayudarnos, estimularnos, examinarnos, hacer apostolado eucarístico… para cumplir con nuestro “compromiso” de amor y correspondencia al amor infinito de Jesús Sacramentado (cf. ficha de inscripción del adorador).
A nosotros, como adoradores de nuestro Señor Jesucristo Sacramentado, nos corresponde (en la ARPU) dar esta importancia, excelencia y significación de la Eucaristía, conocerla más y mejor, amarla más, darla a conocer, vivir de la Eucaristía pues “la Iglesia vive de la Eucaristía”. (Encíclica Ecclesia de Eucharistia, de Juan Pablo II, n.1).
4.- El hecho de que en el próximo octubre se celebre en Roma el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes y con el tema sobre “su fe y discernimiento vocacional”, nos interpela y estimula a llevarles más a Jesús en el “Misterio de nuestra fe”. Con la explicación del contenido de nuestro carisma y finalidad de la ARPU, “difundir la fe” en la Presencia “real”, “verdadera”, “sustancial” de Jesucristo en el Santísimo Sacramento y “fomentar su adoración”, estamos ya en línea, en honda y sintonía con los fines del Sínodo; resumimos ese bello significado de nuestro logotipo.
Por supuesto, el Sínodo tratará muchos problemas y cuestiones al respecto. Estará abierto para tratar sobre los jóvenes creyentes y no creyentes…, nosotros también lo hagamos hablando sobre Jesucristo como el contenido CENTRAL de nuestro Movimiento y Asociación. ¿Qué duda cabe de que ante Jesús Eucaristía el joven puede discernir con luz acertada la vocación a la que el Señor le llama para santificarse, conocer cuál es su estado de vida: soltero, casado, Sacerdote…? En la Carta Circular de julio-agosto pasado os comentaba la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre la llamada a la santidad que el Señor hace a cada quien.
5.- En este curso y “Año de la ARPU” intentaré ayudaros a conocer más nuestra Asociación, a estimarla más, a amarla y darla a conocer más y mejor a los demás. Hacerlo así es para buscar, encontrar, seguir, amar y dar a conocer al mismo Jesucristo.
Para ello os concreto algunos puntos de reflexión, examen y tareas, no al margen de otras muchas que nos -os- toca realizar a cada quien sino al hilo de las mismas.
– Leamos y meditemos estos temas y objetivos que proponemos en las Cartas-Circulares (ya son veinte); asimismo, los demás elementos nuestros de formación e información, organización y difusión de la ARPU: Memento, Noticiero mensuales. Colaboremos para que puedan salir adelante.
– Acojamos en nuestro corazón con inmensa alegría, con renovada ilusión lo que el Señor quiera regalarnos en los próximos meses. Jesús nunca se repite. Estemos abiertos a sus sorpresas.
– En septiembre vayamos haciendo la programación, preparando el calendario de fechas de reuniones, celebraciones y actividades varias…en cada diócesis, parroquias y grupos de la ARPU.
– Aprovechemos los medios, las ocasiones de encuentros de salvación con Cristo Eucaristía y con los hermanos, sus adoradores, que nos aportan esas mismas reuniones, celebraciones, apostolados… a nivel parroquial y, éstos aquí señalados, a nivel diocesano de Burgos por si os sirven.
– Cuidemos la misma organización de la ARPU y sus múltiples apostolados, que pueden y deben mejorar.
– El apostolado más necesario es el que debe hacer cada adorador: “reunir en torno a los sagrarios el mayor número posible de personas”.
– Estaría bien comenzar el curso organizando un cursillo, sobre todo para los nuevos o posibles adorados inscritos o interesados en conocer la ARPU. El Manual de nuestra Asociación propone los posibles temas a tratar en los días y duración que convenga (cf. pp.139-202), el mismo tríptico informativo da para una sucinta presentación de la ARPU. Ya nos diréis lo que podéis programar.
– Que el amor de Cristo nos urja (cf. 2 Cor 5,14) a llevar a los demás el carisma -tesoro- de gracia recibido con ser adoradores suyos en el Santísimo Sacramento del Altar.
– Pidamos que se logren los objetivos del Sínodo de Obispos sobre los jóvenes, dones del Señor para nosotros y para ellos.
– Pongamos todos estos proyectos y anhelos en manos de la Virgen María, nuestra patrona y modelo de adoradores juntamente con su esposo San José, y por intercesión de nuestros Santos fundadores, para que hagamos siempre lo que Jesús nos dice y desea de nosotros: «ser adorado de todos los hombres, a todas las horas, en todos los Sagrarios de la Tierra».
Os animo a todos, os encomiendo en el Señor, oremos unos por otros y estaremos unidos en Jesucristo Sacramentado.
Burgos, 1 de septiembre 2018
Fdo.: José Luis Esteban Vallejo. – Consiliario Nacional de la ARPU