ADORACIÓN REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTíSIMO SACRAMENTO (ARPU)
Diciembre de 2021
LII Carta-Circular del Consiliario Nacional de la ARPU:
Sobre la verdadera devoción a San José en su Año jubilar y siempre.
Queridos adoradores (as) de Jesús Sacramentado en la ARPU:
Esta imagen ya nos ambienta de nuevo en el tema de esta preciosa Carta número 52ª. Aunque ya dediqué expresamente a San José otras dos cartas como fueron las del marzo y mayo pasados, y hemos escrito y hablado en varias ocasiones durante este Año Josefino en Mementos y Noticieros, os escribo esta Carta también en diciembre antes de que termine el Año Santo a Él dedicado.
Se lo merece y para profundizar nuestras relaciones con Él como adoradores de Jesús Sacramentado en la ARPU. Desearía, pues, seguir presentando a San José como figura eucarística (cf. Figuras y textos eucarísticos, figura n. 5), como figura eclesial como Patrono de la Iglesia universal, como figura escatológica en cuanto que en él ya se han dado esas realidades “últimas” que nosotros esperamos o nos esperan: la muerte, el juicio, la gloria…, la resurrección corporal incluso que en San José, según algún doctor de la Iglesia, ya se ha dado (cf. San Francisco de Sales) si bien no es dogma ni doctrina católica pero se puede argumentar y pensar…como este santo doctor hace sin duda alguna: que San José está en cuerpo y alma en el cielo . Pero me limito a proponeros los dos siguientes apartados o temas con sus múltiples propósitos de vida.
1.- Objetivos más específicos o concretos de este Año Santo o Jubilar de San José: como “examen de conciencia” o “discernimiento” sobre la devoción a San José.
1º.- Volver a meditar la Carta Apostólica Patris Corde del Papa Francisco con la que promulgaba el año Santo de San José el pasado 8 de diciembre de 2020.
2º.- Aumentar nuestra devoción (auténtica y católica) a esta “figura eucarística”, como la que más después de la de su esposa, nuestra madre, la Virgen María.
3º.- También para “lucrar” las indulgencias plenarias, ¡ojalá una cada día!- poniendo las condiciones y aprovechando las ocasiones de las que hemos hablado varias veces, por ejemplo en Memento de marzo de 2021, y que en el Memento de este mes se pueden volver a poner para saber cuáles son una por una.
4º.- Merece la pena que aprovechemos más intensamente estos últimos días, coincidentes con la Novena a la Inmaculada Concepción pues el 8 de diciembre concluye el Año Santo Josefino a los 150 de la declaración que hiciera el papa Beato Pío IX a San José como Patrono de la Iglesia Universal.
5º.- Considerar que somos (los católicos) los que más podemos beneficiarnos de las gracias jubilares porque creemos en las Indulgencias que nos da nuestra Madre la Iglesia, sacadas del tesoro de sus méritos (que son los infinitos de Jesucristo, muy grandes de la Santísima Virgen y San José, y de todos los Santos).
Y 6º.- Estimar la suerte de que, por ser de nuestra Asociación, se nos estimule de nuevo con esta nueva Carta y demás elementos de formación a recibir esta doctrina sobre la auténtica devoción que tiene las siguientes características.
2.- Doctrina sobre la auténtica devoción con las siguientes características.
– Para acrecentar la devoción De San José con las características propias de toda devoción cristiana y ésta en especial, son necesarias estas cuatro características a semejanza de la que hemos de tener a la Santísima Virgen: (cf. Marialis Cultus de S. Pablo VI, 2 de febrero de 1974).
1ª.- La veneración: en ferviente alabanza y reconocimiento a San José: es Padre (legal o putativo) de Jesús, llamado el “hijo del Carpintero” (Lc 4, 22; Jn 6,42; Mt 13, 55; Mc 6,3). San José amó a Jesús Patris Corde (= con corazón de Padre); corazón que el Papa Francisco en su Carta Apostólica (8-XII-2020) nos va describiendo como “Padre amado”, “Padre de ternura”, “Padre en la obediencia”, “Padre en la acogida”, Padre de valentía creativa”, “Padre trabajador”, “Padre en la sombra”…Sirvió y cuidó de Jesús sobre todo en los “primeros misterios” de nuestra salvación. San Juan Pablo II profundizó también y mucho en la misión y santidad de San José en una preciosa encíclica: “Redemptoris Custos”.
Le estamos muy reconocidos: “Salve, José, amante y tierno Padre, Salve Guardián de nuestro Redentor, Esposo fiel de su bendita Madre y salvador del mismo Salvador”.
2ª.- El amor: a quien nos ama, nos ofrece su valiosa intercesión, nos cuida para que nosotros cuidemos -como El- de Jesús, “abandonado” en muchos Sagrarios de la Tierra”, cuidemos de la Iglesia, la herencia de Jesucristo (que es la Iglesia) como él que es su “Patrón universal”, de los demás, de su Esposa, nuestra Madre en el orden de la Gracia, nos da esperanza, si se lo pedimos, de una “buena muerte”, garantía de tener gozo con él en el Cielo.
3ª.- La Invocación: Por todo ello le invocamos con las preciosas oraciones que sabemos y aprendimos desde niños: la del Papa León XIII: “A Vos, Bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación…”, etc.; “Haced, oh José, que llevemos una vida inocente y siempre sea protegida con vuestros patrocinio”, “San José, Patrono de la Iglesia Universal, ruega por ella”; ruega por nosotros, por las familias, por las nuestras, etc. etc. y la oración nueva con que concluye el Papa Francisco su Carta Apostólica: “Salve, Custodio del Redentor…”. (Enviada en Noticiero del mes de marzo de 2021)
Están también las preciosas Letanías de San José, que deberían ser más conocidas y más practicadas. (Cf. Devocionarios donde encontrarlas). Recordar las muchas oraciones compuestas por mí al respecto en la carta de abril pasado.
Motivaciones para invocarle contiene la misma Carta Apostólica citando a Santa Teresa de Jesús, a San Agustín, a los santos en general…Nos empuja a ello la misión que el Señor le ha encomendado de ser “intendente de su Casa” y que ejerce desde el Cielo: “Ite ad Joseph: Id a José”. ¿Le invoco todos los días en algunas ocasiones?
4ª.- La Imitación: Entra dentro de los objetivos de la Carta Apostólica del Papa Francisco: “El objetivo de esta Carta Apostólica, dice él, es que crezca el amor a este gran Santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes como también su resolución: “hizo siempre lo que el Ángel del Señor le mandó”.
Siempre hizo la voluntad del Padre (cf. Mt 1,24), haciendo sus veces (cf. “Siete dolores y gozos de San José). He aquí señaladas en este texto pontificio las cuatro características esenciales o necesarias en la devoción a San José.
3.- Imitar a San José en la santificación del trabajo (cf. Laborem exercens de San Juan Pablo II y en mi Carta del mes de mayo pasado)
Es imitar la espiritualidad recogida en estos bellos cánticos
– En el taller de Nazaret, humilde y pobre taller.
– En el trabajo de cada día, como vivías y amabas tú…
– “Con sencillez humilde carpintero, con sencillez, glorioso San José hiciste bien tu labor, obrero del Señor, ofreciendo trabajo y oración”.
“Orad, hermanos, para que llevando (o trayendo) al Altar los gozos y las fatigas de cada día…”.
4.- Sin olvidarnos de aprovechar el tesoro de las indulgencias: una de las concesiones generales se refiere a la ofrenda del trabajo de cada día a Dios “con humilde confianza y alguna piadosa invocación” (cf. Enchiridion 1ª. concesión general).
Pretende también que ganemos indulgencias plenarias, cada día; por eso, recordemos las condiciones que señala -señaló- la Penitencia Apostólica con las muchas ocasiones en que se pueden ganar. (Cf. Memento de marzo y abril que propongo de nuevo en este de noviembre).
Todo esto tiene valor universal y permanente. Sea un propósito general para todos. Esto pretende, pues, este Año de San José “acrecentar la devoción” con las características propias de toda devoción cristiana y ésta especial aquí propuestas (cf. Marialis Cultus de S. Pablo VI (2-2-1974) y Patris Corde del papa Francisco (8-XII-2020). Y una vez que termine el Año Josefino seguir practicando o aumentando esta devoción.
El mismo Papa Francisco ha comenzado (el pasado miércoles 17 de noviembre) una serie de catequesis sobre San José para las próximas audiencias generales de los miércoles. Será interesante leerlas, meditarlas, ponerlas por obra…
Cada año en el tiempo litúrgico del Adviento (sobre todo en la segunda parte desde el 17 de diciembre) y en Navidad tengamos muy presente a San José, siempre en relación con Santa María y Jesús, el Dios con nosotros, vivo después de 2021 años en la Eucaristía (en los Sagrarios), el Emmanuel. Ese ha de ser el principal motivo de felicitar y felicitarnos la Santa Navidad.
Con gratitud siempre a quien alimentó al que nos alimenta en la sagrada Comunión.
Con estos deseos recibid mi cordial saludo, felicitación ya de la Santa Navidad, con mi oración y bendición.
Día uno de diciembre de 2021, en el umbral del Adviento.
José Luis Esteban Vallejo, Consiliario Nacional de la ARPU.