ADORACIÓN REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTÍSIMO SACRAMENTO (ARPU)

Febrero 2025

Mis queridos adoradores: 

Hoy os escribo unas palabras y espero y deseo no poner a prueba vuestra santa paciencia, pero el cielo hay que ganárselo con obras y esta puede ser una buena forma de hacer méritos para el Cielo. 

Hoy os voy a escribir de cine porque la vida es una película, con principio y final, aunque nuestro final es el principio de una película que no se acaba nunca, muy parecido a aquella época, ya lejana, en que los cines ofrecían lo que llamaban sesión continua. 

La tecnología ha ido avanzando y en cartelera se ofrecen películas en 3 D. Sabéis que antes de entrar a la sala de proyección te dan unas gafas, no muy bonitas la verdad, para poder verla en condiciones. 

Y ahora llega la pregunta que muchos os haréis; pero ¿qué tiene que ver una película 3D con la Adoración y con nosotros? Pues mucho y si seguís entregando un poco más de vuestra paciencia lo podréis comprobar. 

Ya estáis en la sala con vuestras gafas 3D y comienza la proyección de la película. Podéis ver, efectivamente, en tres dimensiones y a todo color la comedia, el drama, la ciencia ficción, el suspense, en fin, la trama que se desarrolla.

Pero ¿qué pasa si no tenéis esas gafas y la película que proyectan es en 3D?, pues que no se ven las escenas claras, están como difuminadas, sin claridad. Se escuchan los diálogos, pero no se ven las acciones, los planos o los personajes con nitidez y mucho menos con la profundidad que es la ventaja de las películas en 3D. 

Nuestra vida espiritual necesita esas gafas 3D para poder ver y sentir la película en las tres dimensiones para las que fue creada.

Esas gafas 3D se nos dan a la entrada de las Iglesias cuando vamos a visitar a Nuestro Señor, el director de todas las películas. Ese rato, ratito o ratón, que pasamos con Él, nos permite ver la película de nuestra vida en todas las dimensiones. 

La trama, las escenas, los personajes, los paisajes, todo, se ve nítido y con “profundidad”, todo cobra sentido. 

Muchas veces vamos por la vida, por nuestra película, sin las gafas 3D, escuchamos bien los diálogos, sabemos lo que Nuestro Señor nos dice, pero no somos capaces de ver nítidamente lo que tenemos que ver.

Esas gafas 3D nos permiten echar buenas raíces y quedar bien plantados para dar fruto abundante. La visita diaria, semanal, quincenal, mensual al Sagrario y al Santísimo nos permite sentir la profundidad de la película que proyecta Nuestro Señor ante nosotros para que seamos los protagonistas, para que llevemos a cabo la acción. 

Pero ir al cine sólo es un poco triste. Es conveniente ir acompañado porque se puede pasar miedo, tristeza, angustia, por eso yo os aconsejo ir siempre con María, Nuestra Señora. 

Ella siempre estará a nuestro lado, dará igual si la película es una comedia o un drama, Ella siempre tiene entrada para sentarse a nuestro lado, pero somos nosotros la que la invitamos a acompañarnos. 

Ánimo, esto ya está acabado. Ánimo, ir a por vuestras gafas 3D, y que sepáis que son gratis. 

Un fuerte y fraternal abrazo de película 3D para todos vosotros. 

Eduardo Lamana Soria, Secretario Nacional de la ARPU y Delegado del Consejo Diocesano de Madrid.

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