ADORACIÓN REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTÍSIMO SACRAMENTO (ARPU)

Octubre 2025

Estimados miembros y hermanos de la Adoración Real Perpetua y Universal al Santísimo Sacramento, amigos y quienes visitáis por primera vez nuestra página.

El mes de septiembre, si os acordáis os hablaba del profundo respeto que me suscitaba el tiempo predilecto que estamos viviendo acercándonos a los 100 años de historia de nuestro providente Movimiento. Recordé alguno de los sentimientos que tuvo nuestra benerable fundadora Juana Carou, respecto del abandono de Jesús en las iglesias y rememoraba alguna de sus experiencias místicas en las que Jesús le urgía a fundar la Adoración Real Perpetua y Universal. Os confesaba el vértigo ante las promesas hechas por Jesús a Dª Juana:

‘Esto tardará cien años en llegar a tal desarrollo de la Adoración Real, Perpetua y Universal al Santísimo Sacramento’.

‘El Papa impondrá esta devoción a las órdenes religiosas obligando a un cuarto o quinto voto añadido en sus constituciones o reglas’. 

Ante estas promesas, si creemos que Dios guió a Dª Juana, si confiamos en la sinceridad de su testimonio, debemos considerar que somos nosotros quienes recojamos el listón y trabajemos para que esto se logre a pesar de nuestra debilidad, por la gracia y la total sinceridad de Dios que no puede engañarse ni engañarnos, y confianza en su fuerza.

El último sábado de septiembre tuvimos en Burgos un seminario de ’40 días por la Vida’ donde un ejemplo me interpeló personalmente. Decía que, ante la impotencia que a veces sentimos por la situación actual del mundo, alguien se podría quejar y decirle a Dios: ¿es que no vas a hacer nada? ¿es que vas a permitir que venza el mal y quienes te persiguen y nos persiguen salgan airosos? estas quejas y lamentos que expresa tan bien el salmo 13 (¿hasta cuando Señor?) o el 59 (¡Depiértate, ven a mi encuentro y mira!), tienen una respuesta potente de Dios: Te he creado a ti. Ante estas injusticias que percibes por la sensibilidad que he sembrado en tu corazón, ante esta falta de fe que te duele porque te he alumbrado con la luz de la piedad, ante estas dudas que te surgen porque te he llamado a una misión que aún tienes que descubrir, ante todo esto: Te he creado a ti; para que tú seas mis manos, seas mis pies, seas mi rostro. Yo te asisto, no temas, estoy contigo.

Así, como en el salmo 59 podemos decir: «¡Oh Tú, mi fuerza, hacia tí miro, pues eres mi ciudadela! […] tú has sido para mí refugio  en el día de la angustia […] mi Bastión es un Dios siempre bueno conmigo».

Con esta certeza, comencemos este curso 2025/26 dispuestos a construir y hacer crecer Su Adoración Real Perpetua y Universal a su Santísitmo Sacramento, que no se retrasen sus planes por nuestra indisposición, por nuestra tibieza, por nuestra falta de fe. Renovemos el ofrecimiento hecho al entrar en el Movimiento cuando recibimos nuestra insignia (medalla) y los estatutos. Queda menos de dos años para nuestro centenario; conozcamos nuestra historia, reencontrémonos con nuestra fundadora y su carisma, formémonos para poder ayudar a la Iglesia en sus necesidades; que ante la falta de sacerdotes, los laicos podamos contribuir a la construcción del Reino con la oración, la mortificación, el ayuno, la obediencia, el trabajo apostólico.

En estos dos años hay que preparar el congreso de nuestro centenario,creo que hay que relanzar la beatificación de nuestra fundadora para lo que se necesita ayuda de quien quiera comprometerse, de todos y para todo, hasta lo más básico que es darla a conocer, a través de la oración que tenemos en la web para pedir su intercesión. ¿No sería precioso poder contar para el centenario con un libro que narre la vida de forma armónica, ordenada, histórica de nuestra fundadora y nuestro Movimiento? ¿no sería emocionante que beatificaran a nuestra fundadora? ¿no se alegraría Jesús si sus adoradores crecieramos en número y santidad?  

Para terminar os comparto un parrafito de un coloquio de Jesús con Dª Juana a la que pido que desde el lugar especial que tienen en el cielo los que han sido adoradores en la tierra interceda por nosotros, nos cuide, nos aliente, nos empuje a continuar con su misión, no sólo sin las consolaciones espirituales que ella tuvo por ser llamada a la fundación y regada de gracias, sino también en la sequedad espiritual y el desaliento con el que muchas veces somos probados, para que hoy nosotros podamos foguearnos leyendo su vida, escritos, revelaciones y también sus penas ante la soledad de Jesús Priosionero, olvidado en el Sagrario:

«[…] y para guardar los mandamientos no hay cosa mejor que la devoción al Santísimo Sacramento. Comulga, hija mía, que yo te daré gracia para guardes los mandamientos. Ven al Sagrario. Yo te daré gracia para comulgar dignamente. Acompáñame en el Santísimo Sacramento y yo te acompañararé a ti y te libraré de todo mal. En el  Santísimo Sacramento estoy tan vivo y real como estoy en los Cielos y derramo gracias y bendiciones sobre todos los que vienen a visitarme» (2 de julio de 1922).

Que podamos sentir con San Pablo: Yo también he sentido el «dulce aguijón del ¡ay de mí si no predico el evangelio» (cf. 1Cor. 9,16) y «quisiera multiplicarme, dividirme para predicar y llevar a Cristo. ¡Mi vida por Cristo!». No recuerdo la cita exacta ni la fuente, os pido disculpas.

Quiero ser adorado de todos los hombres en todos los Sagrarios de la tierra. ¡Nos vemos en el Sagrario! Donde se dan cita las almas que se aman:

Valero Vilariño García

Vocal del Consejo Nacional y vocal del Consejo Diocesano de Burgos de la ARPU.

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