CUANDO EL MAL SE ENFRENTÓ A LA GRACIA, LA VERDAD SE IMPUSO.
El vídeo sobre el que se basa esta entrada está editado con inteligencia artificial. En la introducción al relato ya se avisa que los nombres de personas, así como de lugares han sido modificados a petición de la persona que ha cedido este testimonio, para preservar su persona:
Un pastor protestante acude a un caso de posesión diabólica de una joven. Pide a otros dos pastores que lo acompañen en el proceso. En el testimonio reconocen haber vivido y predicado la fe convencidos de tener ellos la verdad, que nunca se imaginaron que llegaría un día en el que el encuentro con esta joven removería los cimientos… de su fe.
Pronto descubrieron su impotencia ante aquel «trabajo» en el que los propios demonios se burlaban de ellos con crueldad. Sintieron miedo, impotencia, confusión, dudas. Los demonios les mostraban sus limitaciones y echaban en cara al adversión que sentían hacia la Iglesia Católica: sus ritos, sacramentos, sacramentales, el Papa, la comunión de los santos. Les hicieron ver con crudeza que no entendían la fuerza real de la Gracia de Cristo actuando a traves de su Verdadera Iglesia.
Habere no potes deum patrem qui ecclesiam non habet matrem
No puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre»
La familia finalmente optó por llamar a un sacerdote católico de la ciudad. El anciano se presentó humilde, educado y comenzó el rito ante la mirada de los tres pastores. Su guía, las prendas que usó, los ritos, los sacramentales (agua bendita, aceite…), la invocación a María y los Santos y, sobre todo, la Eucaristía, manifestaron un poder que superaba cualquier esfuerzo humano, doblegando al que ante los pastores era un arrogante diablo. Confesó su nombre (Legión) porque eran muchos, el demonio confesó obligado la verdad de la Iglesia Católica ante los atónicos hombres que presenciaron cómo la Gracia de Dios, obrando a través el hombre hungido (sacerdote) expulsaba al demonio y mostraba la verdad y la fuerza de la Iglesia única fundada por Cristo.
Esta experiencia fue inicialmente humillante, pero después transformadora. El pastor comprendió que los sacramentos no son símbolos vacíos, sino canales vivos de la Gracia divina. Que la Eucaristía es la fuerza más poderosa contra el mal y que la Iglesia, aunque imperfecta en la fragilidad humana, es santa porque Cristo, que es su Cabeza, la guía, la sostiene y la alimenta como el pelícano a sus crías (pie Pelícane).
Por esto la Adoración Real Perpetua y Universal al Santísimo Sacramento ofrecemos un culto de adoración y reparación por nuestros pecados y los del mundo entero. Saber que está en la Eucaristía y que está tan solo… nos duele tanto que hacemos el compromiso de visitarlo con frecuencia, frecuentar los sacramentos para vivir en la Gracia del Señor, dar a conocer su presencia eucarística y hacer al menos 30 minutos de adoración semanal ante el Sagrario, cuando la Iglesia está abierta y Jesús tan solo, para que otros muchos le visiten, le amen y le adoren.
Estos relatos sobre el demonio no son para dar miedo, ni para menospreciar a los protestantes, sino para darnos cuenta que los demonios tienen más fe que nosotros en la presencia Real de Jesús en el Santísimo Sacramento y que tienen terror de que nosotros descubramos esta realidad y nos comprometamos de corazón a adorarlo si servirlo.
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