San Manuel González García
San Manuel González García nació en Sevilla el 25 febrero de 1877 en el seno de una familia sencilla y devota. Ingresó en el Colegio San Miguel, donde estaban los niños del coro de la Catedral de Sevilla. Antes de los 10 años pasó a formar parte de los «Seises», un conocido grupo de niños que danzan delante del Santísimo en la Catedral de Sevilla en la Octava del Corpus Christi y en la Octava de la Inmaculada.
Todo esto forja su espíritu lo que le llevará al seminario atraído por su amor a la Eucaristía y fue ordenado sacerdote en 1901. Al año siguiente va a una misión a Palomares del Río, cerca de Sevilla. Allí, la frialdad de las gentes y ver el Sagrario de tal forma abandonado le estruja el corazón y hasta ganas de irse de allí tuvo. Pero se quedó acompañando a Jesús.
Él mismo narra:
«Me fui derecho al Sagrario… y ¡qué Sagrario, Dios mío! ¡Qué esfuerzos tuvieron que hacer allí mi fe y mi valor para no salir corriendo para mi casa! Pero no hui. Allí quedé de rodillas… mi fe veía un Jesús tan callado, tan paciente, tan bueno que me miraba… que me decía mucho y me pedía más , una mirada en la que se reflejaba todo lo triste del Evangelio… la mirada de Jesucristo en esos Sagrarios es una mirada que se clava en el alma y no se olvida nunca. Vino a ser para mi como un punto de partida para ver, entender y sentir todo mi ministerio sacerdotal».
Es teniendo este fuego de amor y este celo de hacer que Jesús sea más amado y más visitado cuando San Manuel González conoce a Dª. Juana Carou quien, viendo sus anhelos reflejados en las disposiciones de este celoso sacerdote, apóstol de la Eucaristía, se hace su dirigida espiritual. Juntos echan «leña a ese fuego divino» prendiendo el hogueras que impulsará a ambos a dedicar sus fuerzas vitales a la valiente misión de promover la devoción a la Eucaristía, la adoración, las visitas al Sagrario para que no esté tan solo este Amor encarcelado. Así fue hasta que fue promovido Obispo de Málaga y después de Palencia. Doña Juana fue la primera «María de los Sagrarios» en donde trabajó visitando varios pueblos con otras compañeras también Marías. Manuel fue beatificado por Juan Pablo II el 29 de abril de 2001. Sus muchos libros y libritos nos dan también la talla de su alma eucarística.
El «Obispo de los Sagrarios Abandonados» es la referencia por la que es conocido este santo Obispo debido a su profunda devoción a la eucaristía y su preocupación por la falta de atención y abandono de algunos Sagrarios, donde Jesús Sacramentado permanece expuesto.
San Manuel González García dedicó gran parte de su vida a promover la devoción al Santísimo Sacramento y a impulsar la Unión Eucarística Reparadora, una congragación dedicada a la adoración y reparación por las ofensas cometidas contra Jesús en la Eucaristía. Su lema, «¡Jesús está aquí! ¡El está aquí! ¡No lo abandones!», refleja su pasión por la presencia real de Cristo en la Eucaristía y su llamado a la reparación por el abandono de los Sagrarios.
Para conocer más sobre la vida, misión y obra de este santo Obispo puede visitar esta página que ha servido para ilustrar este relato.
https://share.google/MpQPFbRcUth4EAv9N