ADORACION REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTíSIMO SACRAMENTO (ARPU)
REVISTA OMNES, ENERO 2021 Nº 699 www.omnesmag.com
Transcripción del texto del artículo de la imagen:
ARPU
La Adoración Real Perpetua Eucarística
Impulsada por Juana Carou Rodríguez, la Adoración Perpetua Eucarística es un movimiento cuyo fin principal es difundir la fe en la presencia real y permanente de Jesús en la Eucaristía y fomentar la adoración al Santísimo Sacramento.
“Quiero ser adorado por todos los hombres en todos los sagrarios de la Tierra”. Este deseo de Jesucristo es la misión de la Adoración Real Perpetua y Universal al Santísimo Sacramento (ARPU). Un movimiento de la Iglesia Católica que se dirige a todas las personas de cualquier edad y condición para acompañar a Jesús Sacramentado en todos los lugares de la Tierra.
Historia.
La historia de la Adoración Real Perpetua y Universal al Santísimo Sacramento (ARPU) se entrelaza con la de santos como el obispo de la Eucaristía, San Manuel González y el santo jesuita San José María Rubio. Ambos tuvieron mucho que ver con el inicio de este movimiento que hoy se encuentra ampliamente difundido. Su fundadora, la onubense Juana Carou Rodríguez, fue una de las primeras Marías de los Sagrarios y, durante un tiempo, tuvo como director espiritual a Monseñor Manuel González García hasta que fue promovido obispo de Málaga. Junto a él creció su amor a Jesús Sacramentado. A principios del siglo XX, en 1906, como ella apunta, Dios le hizo ver “el deseo de ser adorado por todos los hombres, todos los días y a todas horas en el Santísimo Sacramento”, instándole a que fundara y propagar a la Obra de la Adoración mostrándole el sitio especial del Cielo reservado a los que la ayudaran y a todos los adoradores, como recoge en sus escritos la propia Juana Carou.
Poco a poco la Adoración Real Perpetua y Universal fue tomando forma, hasta que el 8 de agosto de 1927 se crea el primer centro de adoradores de Jesús (en la ARPU) en Cercedilla (Madrid), con una celebración que preside don José María Rubio comenzando con las memorables palabras: “Hoy hay una gran fiesta en el Cielo…” siendo el inicio oficial de este movimiento.
De hecho, la Adoración Real Perpetua y Universal considera como co-fundadores además, a don Juan Bautista Luis y Pérez, obispo de Oviedo, primer moderador de la ARPU después de haber sido San José María Rubio y don José Solé (S.J.) quién puso los fundamentos doctrinales, espirituales y prácticos de la Obra y a don José Llés Segarra, sacerdote leridano que, tras contactar con Juana Carou, se unió a ella en la puesta en marcha del ARPU y murió mártir en julio de 1936.
La ARPU fue aprobada en 1930 por el papa Pío XI, como movimiento eucarístico aprobando los fines específicos de la Adoración, en Rescripto de la Sagrada Congregación de los Ritos. Los primeros estatutos de la Adoración Real Perpetua y Universal se aprobaron en 1986 en la XLV Asamblea Plenaria de la CEE y en 2004, la Conferencia Episcopal Española aprobó los segundos estatutos, que rigen en actualidad este movimiento.
¿Cómo formar parte de este movimiento?
José Luis Esteban Vallejo, sacerdote de la Archidiócesis de Burgos y Consiliario Nacional de la Adoración Real Perpetua y Universal, apunta: “Cualquier persona puede entrar a formar parte de la Adoración Real Perpetua y Universal. Los adoradores escogen un Sagrario para orar ante él media hora a la semana y cumplir el deseo de Jesús de ser adorado por todos los hombres, a todas horas, en todos los Sagrarios”. Poner a Jesús Eucaristía en el centro de la vida cristiana “porque a veces a los mismos católicos se nos olvida que Jesús está vivo en el Sagrario, y, como está escondido, parece que no estuviera”. Por eso señala que este movimiento surge en la Iglesia “quizás para compensar un déficit de fe, de amor y de adoración al Santísimo Sacramento”.
Cómo norma general, cada dorador se compromete a media hora a la semana de adoración al Santísimo Sacramento, escogiendo la parroquia, capilla Sagrario que prefiera. A ser posible, en su parroquia, donde le espera el Señor y sus vecinos. También se compromete a participar en un acto Eucarístico comunitario al mes y, de manera personal, a tener celo eucarístico y difundir el amor a Dios Eucaristía. Asimismo, están establecidas reuniones mensuales para la formación permanente.
José Luis Esteban Vallejo destaca que la ARPU se “adapta a cada quién y sus circunstancias ‘como el guante a la mano’ de cada uno, ‘reuniendo alrededor los Sagrarios el mayor número
posible de personas’. Proponiéndoselo uno por uno con amistad y confianza. Ofertando los medios de que disponemos”. Personas mayores, jóvenes, laicos o consagrados, también niños… cualquier persona que quiera mostrar su amor a Jesús Sacramentado tiene cabida en la ARPU.
Expansión.
El movimiento de Adoración Real Perpetua y Universal tiene delegaciones en 7 diócesis españolas, si bien, sus miembros están repartidos por toda la geografía española, “una vez que una persona se escribe” poniéndose en contacto con ARPU o a través de la web www.arpu.es y “rellena la ficha de inscripción ya es miembro de la Adoración Real Perpetua y Universal aunque no haya delegación en su diócesis”, apunta el Consiliario Nacional que subraya que los adoradores son siempre necesarios. “Cuesta mucho, aunque sea solo media hora a la semana, pero si se recibe, es un don; un don para Jesús y para el adorador”.
Los miembros de la Adoración Real Perpetua y Universal reciben, cada mes, una carta de su Consiliario Nacional en la que comparte con ellos reflexiones, claves para la oración y la Adoración al Santísimo, comentarios de la Sagrada Escritura para rezar y conocer la Historia Sagrada… etcétera. Además, se le remite un pequeño noticiero que recogen los acontecimientos más importantes de cada mes, tanto de la Asociación como de la Iglesia Universal y Española.
En la actualidad, junto al Consiliario, José Luis Esteban Vallejo, María del Rosario Bartolomé Matesanz, ejerce como Delegada Nacional con un equipo de personas que coordinan el movimiento, perteneciente a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española a nivel nacional.
“Quiero ser adorado por todos los hombres en todos los Sagrarios de la Tierra”, es la seña de identidad de ARPU.
Adorar en tiempos de pandemia.
Uno de los momentos más difíciles para los miembros de ARPU, como para muchos otros católicos, han sido los meses de pandemia en los que muchas iglesias y capillas se han visto obligadas a permanecer cerradas. En estos momentos, como señala José Luis Esteban Vallejo, “los estatutos recogen que, si un miembro no puede acudir a esa cita semanal con Jesús sacramentado, haga el rato de adoración y oración desde su casa, con la imaginación y la intención puesta en el sagrario más cercano”.
No es comparable, dado que “estar con el Señor en el Sagrario es un anticipo del cielo, cuando estemos en el cielo será esto, estar con Jesús vivo, como lo está en la Eucaristía”.
Intenciones.
El Consiliario Nacional de ARPU recuerda que “hay mucho por lo que rezar. Los estatutos sugieren algunas intenciones a las adoradores, como las necesidades de la Iglesia, por las vocaciones sacerdotales, la paz en el mundo, por uno mismo también…” La Adoración Real Perpetua y Universal centra su vida en recuperar la centralidad de Cristo vivo en la Eucaristía, media hora que luego ha de integrar y modelar toda la vida del adorador. En palabras del Papa Francisco: “Adoración a Dios y disponibilidad para servir al prójimo. La primera, adorar a Dios, quiere decir también aprender la oración de la adoración, que generalmente olvidamos. Es por ello que invito a todos a descubrir la belleza de la oración de la adoración y de ejercitarla a menudo”.
- -María José Atienza
- Para contactar con la Adoración Real Perpetua y Universal puede escribir a calle Eduardo Martínez del Campo, 7 09003 BURGO
- Correo electrónico: arpuburgosnacional@gmail.com y arpu@arpu.es www.arpu.es
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