ADORACION REAL, PERPETUA  Y UNIVERSAL AL SANTíSIMO SACRAMENTO (ARPU)

 

Enero 2023 

“MEMENTO, Adorador”: Acuérdate de que en este mes…

Éste es el título de uno de nuestros apartados en nuestras publicaciones mensuales, además de las ya consolidadas Cartas y Noticieros. Se trata de “memorare” o “recordare” para traer a la memoria y al corazón acontecimientos, efemérides, aniversarios, fiestas principales, avisos, normas de funcionamiento de la ARPU, medios también de formación y animación que nos ayuden a coger y asimilar más y más el “espíritu” y las “normas” de nuestro precioso carisma.

Según esto, ¿qué podemos recordar, celebrar… para mejor vivirlo en este mes de enero de 2023? Pues recordamos a nuestra fundadora, Doña Juana Carou, que junto a don José Luis Esteban Vallejo, velen desde el cielo, por la permanencia y continuidad de la ARPU.

1.- Breve biografía de DOÑA JUANA CAROU RODRÍGUEZ.

«Figuras y textos Eucarísticos» de José Luis Esteban Vallejo (Fig. 67, pág 314)

Nació en Huelva el día 24 de Agosto de 1874. Desde niña fue muy devota de la Virgen Santísima, acudiendo a Ella en sus necesidades espirituales y corporales; el 15 de mayo de 1885, hizo su Primera Comunión, entregándose totalmente en manos de Dios y se consagró a Él con ansias de amor; siendo ya encendidísima, desde sus tiernos años se vio favorecida con gracias muy singulares de Dios.

Devotísima del Santísimo Sacramento, podríamos decir que ante el Sagrado vivía día y noche. Ante el Sagrario “había levantado su tienda”, y ni un momento la abandonaba, hasta cuando más reclamaban su actividad los deberes de familia y luego sus deberes profesionales que cumplió siempre con gran fidelidad.

Su director espiritual fue por un tiempo el ya Santo (16-octubre-2016) D. Manuel González García hasta que fue promovido Obispo de Málaga, luego tuvo otros varios. Fue primera “María de los Sagrarios” en donde trabajó visitando varios pueblos con otras compañeras, también Marías.

Había en ella como una necesidad irresistible de acompañar a Jesús en sus Tabernáculos. ¡Qué penas las suyas, al verse en esa resignada soledad a que los cristianos le condenan! ¡Qué ansias las suyas para acabar con esa vergüenza, hija de una fe adormecida y de una manifiesta ingratitud por parte de los hombres…!

Compuso muchas poesías que son expresión y exponente del sentir de su alma al respecto.

Nadie como ella -acaso- ha sentido las hieles de esta realidad: Jesús hambriento de nuestro amor, se ha quedado en medio de nosotros en el fondo de nuestros Sagrarios. Nadie tampoco, como ella, ha sentido la angustia de verse tan solitario en medio de nosotros.

Toda su vida ha girado alrededor de esto, y todos sus esfuerzos a esto se encaminaron: a llevar almas a Jesús; a rodear de almas amantes sus Sagrarios; a que viva Él con nosotros, ya que entre nosotros se quedó y entre nosotros mora. No es entraño que El la eligiera para fundar la Obra de la ADORACION REAL, PERPETUA y UNIVERSAL al SANTÍSIMO SACRAMENTO.

Fue en el año 1906 cuando el Señor le manifestó como en “barruntos” “el deseo de ser adorado por todos los hombres, todos los días y a todas las horas en el Santísimo Sacramento”, instándole a que fundara y propagara la Obra de la Adoración mostrándole, según relata ella misma, el sitio especial del Cielo reservado a los que la ayudaran y a todos los adoradores.

El 10 de agosto de 1915 quedó viuda y tan pobre en recursos económicos que se vio obligada, con el auxilio de la Divina Providencia (que acudió solícita en momentos de extrema pobreza), a prepararse con 1os estudios de magisterio en donde obtuvo el título de Maestra, ingresando poco después, previas brillantísimas oposiciones, en el Magisterio Nacional del que fue y será legítima gloria. Fue maestra en Cartagena; andaba en la lucha desde el año 1919 basta que fue trasladada a San Bartolomé de la Torre, también en Huelva, en Septiembre de 1921.

De su matrimonio tuvo dos hijos, uno falleció a los pocos meses de edad y luego, de viuda, fue grande su trabajo para mantener a su otro hijo y ayudar a sus padres.

El 5 de abril de 1924 el Granito de Arena, órgano de las “Marías de los Sagrarios”, la puso en contacto con D. José Llés, Arcipreste de Agés, surgiendo la Obra de la Adoración que tanta gloria debía dar al Señor. Trabajó infatigablemente por esta Obra, viajando a Madrid en donde tuvo varios contactos y entrevistas y en donde ganó para la Causa  personalidades eclesiásticas, tales como al P. Rubio (San José María Rubio), al auditor de La Rota y asesor de la Nunciatura, D. José Solé, preconizado obispo de  Víc, muriendo antes de ser consagrado.

Como fundadora principal dio comienzo “oficial” a su Obra con fecha del día 8 de agosto de 1927 al crearse el primer centro de adoradores de Jesús (en la ARPU) en Cercedilla- Madrid).

2.- La aprobación de la ARPU y su carisma.

Doña Juana Carou, antes de morir vio aprobada la Obra por muchos prelados, extendida por casi toda España y fuera de ella, obteniendo el título de “Archicofradía” y contando con Cofundadores tan valiosos como San Manuel González García…, San José María Rubio, S.J., el Obispo de Oviedo, Consiliario Nacional de Acción Católica, D. Juan Bautista Luis Pérez, (“el teólogo de la Obra”) y el sacerdote mártir, José Lles (iniciado ya su proceso de beatificación por martirio), quienes obtuvieron la aprobación de la Santa Sede.

Nuestro Santísimo Padre, el Papa Pío XI, a petición del Reverendísimo Sr. Obispo de Oviedo, les hizo gracia de un autógrafo bendiciendo a todos los adoradores.

En Huelva, después de las vísperas, 5 de Enero de 1933, en plena fiesta de la Adoración por antonomasia, los Santos Reyes, se durmió en el Señor con fama de santidad entre sus alumnas y conocidos.

Que Dios bendiga esta Obra para realizar cada vez con más fruto el designio del Señor sobre Doña Juana Carou Rodríguez y así se cumplan las palabras de Jesús recogidas en la medalla, en el escudo y la bandera… de nuestra Asociación y Movimiento eucarísticos que contienen de alguna manera el carisma de la ARPU: “QUIERO SER ADORADO DE TODOS LOS HOMBRES Y A TODAS LAS HORAS  EN EL SANTISIMO SACRAMENTO EN TODOS LOS SAGRARIOS DE LA TIERRA”.

Acaso sus poesías sean un bello espejo para ver el alma y espíritu eucarísticos de la Fundadora de la ARPU, DOÑA JUANA CAROU RODRÍGUEZ.

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