ADORACIÓN REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTÍSIMO SACRAMENTO (ARPU)

Marzo 2024 

“MEMENTO, Adorador”: Acuérdate de que en este mes…

Éste es el título de uno de nuestros apartados en nuestras publicaciones mensuales, además de las ya consolidadas Cartas y Noticieros. Se trata de “memorare” o “recordare” para traer a la memoria y al corazón acontecimientos, efemérides, aniversarios, fiestas principales, avisos, normas de funcionamiento de la ARPU, medios también de formación y animación que nos ayuden a coger y asimilar más y más el “espíritu” y las “normas” de nuestro precioso carisma. 

ENCUENTRO DE LAICOS SOBRE EL PRIMER ANUNCIO, EN MADRID, DEL 16 AL 18 DE FEBRERO. 

La Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida ha organizado el Encuentro de Laicos sobre el Primer anuncio con el lema «Pueblo de Dios unido en la Misión». Este evento ha reunido, del 16 al 18 de febrero, en la Fundación Pablo VI (Pº de Juan XXIII, 3), en Madrid, a representantes de las diócesis españolas, de la vida consagrada y de los distintos movimientos y asociaciones de laicos. En total, más de 700 participantes. Junto a ellos, cerca de cuarenta obispos.

La Adoración Real, Perpetua y Universal ha estado representada por el Delegado Diocesano de Barcelona, don Bartolomé Chapa González y aquí nos deja su experiencia: 

“Al llegar al lugar del encuentro, en la fundación Pablo VI, me acredité y seguidamente con los miembros del grupo nos fuimos al lugar de la acogida y la animación hasta las 18:30 h., allí estuvimos haciendo un café y compartiendo con la gente que iba llegando, tuve oportunidad de ver llegar al Cardenal Omella y saludarle.

 A las 18:30 dio inicio el encuentro con la presentación de la misma con la voz de una miembro del consejo de laicos, concretamente Dolores García Pi que nos dijo que el encuentro era una herencia del congreso de laicos “Pueblo de Dios en salida” y que demostraba que aquella experiencia “sigue viva y latente en nuestras parroquias, comunidades y diócesis”, ese momento provocó una conversión y ganas de salir a compartir la experiencia, ahora llega la reflexión entre todos nosotros del primer anuncio que quiere ser un agradecimiento por todos los dones recibidos, por tanto, la tarde estuvo dedicada a hacer un recorrido por los 4 años hasta llegar a este momento, identificar y descubrir los retos que tenemos por delante y las oportunidades que ofrece el primer anuncio, acabó invitando a mantener una actitud de escucha y apertura y que nos sintamos protagonistas del día, en primera persona, nos interpeló con unas preguntas para ver que lo que compartiríamos durante este fin de semana sería luz para nuestras realidades eclesiales, hacia dónde nos podía impulsar el Espíritu Santo para continuar caminando y después dio paso a las palabras del Nuncio Apostólico y del presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal  Juan José Omella, tanto uno como otro nos alentaron a seguir trabajando para dar a conocer el anuncio evangélico, siendo conscientes de que la riqueza y los valores permanentes del evangelio no pueden reducirse al razonamiento de la fuerza en la lucha por la vida sino a su principio y fin último: Jesucristo.

El primer anuncio nos invita a ir hacia el fundamento de toda la vida cristiana y que es el  encuentro con Jesucristo. Todos juntos estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe, esto está dado por hecho en cumplimiento al título del encuentro: “Pueblo de Dios unido en la Misión”, debemos ser perseverantes en el seguimiento de Jesús, que todo lo que hacemos y que vivimos esté siempre como presencia en nuestro camino a Jesús como eje central de nuestra vida. 

El Cardenal Omella dejó de lado el discurso que había llevado a hablar desde el corazón y animarnos a los laicos a la apasionada tarea de predicar el evangelio, pues es el encargo que nos hicieron en nuestro bautismo. En el primer anuncio es una invitación a una conversión personal que debe traducirse en una conversión comunitaria y pastoral, no se trata de transmitir grandes discursos sino de anunciar el kerigma, el núcleo del Evangelio, que cristo nos ama, ha dado la vida por nosotros y quiere nuestra felicidad. 

A las 19:00 horas se dio paso a la presentación Orante del encuentro, durante dos horas, miembros del consejo asesor de Laicos nos hicimos un resumen de lo que habían significado estos últimos cuatro años desde el Congreso de Laicos del 2020, haciendo referencia a todo el trabajo que desde la comisión y sobre todo desde las diócesis de toda España. 

Desde una escucha integral y una participación activa, nos alentaron a hacer un camino juntos, por ser un pueblo de Dios en salida, renovados por un nuevo Pentecostés, un sueño que debe reactivar nuestra fe personal y comunitaria, desde la diversidad poder ser transmisores de la buena noticia en nuestros ambientes, por medio de una metodología, de un discernimiento, desde la Sinodalidad con un trabajo de 2 años para poder llegar a este momento del primer anuncio e introducirlo de una forma positiva.

Vivir esta experiencia desde la alegría de sabernos hijos de Dios, que es una experiencia grande, que somos el pueblo convocado por Dios que anda siguiendo el ale del Espíritu Santo. Un proceso que compartir, mostrando los frutos concretos de lo que hemos oído en este caminar juntos, el Espíritu es el que nos guía. Debemos recuperar la eclesiología del pueblo de Dios ya que todas las vocaciones son dignas e iguales, debemos vivir nuestro bautismo como fuente inagotable del amor de Dios.

El sábado fue el día más intenso del encuentro, en el programa nos realizaron cuatro paradas para hacer experiencia de Primer Anuncio, las paradas fueron las siguientes: Procesos Formativos, Comunidad y Conversión Pastoral, Acompañamiento, Vida Cotidiana. 

En la parada de procesos formativos participé en un taller que nos hablaba de marketing religioso, el ponente era Carlos Luna, un dominico laico que desde hace muchos años se dedica a dar clases por todas las diócesis de España y de otras partes del mundo, me pareció muy interesante, nos hizo una reflexión de cómo por medio del marketing podemos llegar a hacer un anuncio explícito del mensaje de Jesús, haciéndonos ver que nuestras comunidades debemos saber venderlas, ofrecer un producto atractivo sobre todo a aquellos que se avecinan por primera vez y no conocen lo que significa Jesús. 

Después del taller, participé de una mesa redonda sobre cómo introducir en las comunidades la vida pastoral por medio del Primer Anuncio, oímos cuatro testigos de diferentes ámbitos de la Iglesia diocesana que nos explicaron cómo se puede dar anuncio explícito de este Primer Anuncio que no es otro que Jesucristo. En la tercera parada nos hablaron sobre el acompañamiento después del primer anuncio, fue una reflexión del acompañamiento hasta la incorporación en la comunidad cristiana, los procesos de fe y las experiencias de conversión, constó de tres momentos, un primer momento fue una representación teatral de los contenidos de la parada, un segundo momento con experiencias de acompañantes y acompañados y un tercer momento el diálogo entre los participantes, durante la parada después de la representación teatral tuvimos que hacer un trabajo por grupos para dar nuestra opinión de cómo se podía hacer este acompañamiento desde los diferentes ámbitos y procesos del mismo, y la última parada fue sobre cómo se transmite el primer anuncio en la Vida Cotidiana, una reflexión sobre el trabajo, la familia, las relaciones sociales, la educación, en el contexto de los más alejados, un llamamiento a estar presentes en la vida pública. Constó también de tres momentos, un primer momento con una ponencia de Juan Ignacio Damas (Vicario general de Jaén), en lo referente a la relevancia del Espíritu en el proceso y los cuatro aspectos necesarios para el Primer Anuncio en la vida cotidiana: presencia, testimonio, diálogo y anuncio explícito.

Un segundo momento en el que nos presentaron dos experiencias de primer anuncio en realidades diferentes que se dan en la vida cotidiana, y un tercer momento en que nos reunieron en grupos para trabajar el “cómo evangelizar de tú a tú en el día a día”. 

En este compartir de los grupos viví una experiencia muy gratificante al comprobar la diversidad de opiniones que hay sobre el primer anuncio, el hecho de que hubiera gente de otras diócesis de España me dio una idea de cómo se trabaja este ámbito en otros ambientes y de formas diversas. 

La jornada final del Domingo empezó con una animación y seguidamente se hizo un rato de oración antes de empezar con la ponencia final que fue dirigida por dos miembros del consejo asesor de laicos y el director de área del primer anuncio de la Conferencia Episcopal Española, han dado voz a una ponencia redactada en equipo, en realidad con el trabajo que ha sido realizado por todas las personas que hemos participado en el encuentro, ha habido también momentos emotivos ya que en medio de la presentación se ha invitado a compartir el escenario a las cuatro personas que tenían un sobre, que les habían dado antes pero que no sabían lo que contenían, los escogidos fueron representantes de los laicos, la vida consagrada, sacerdotes y obispos. Al descubrir los sobres, cada uno contenía una parte de una pintura con la imagen de la Virgen, que como Madre nos acompaña y es el modelo de evangelización en nuestra misión del primer anuncio. 

En esta ponencia final nos reflexionaron cómo a lo largo de los dos últimos años nos hemos ido formando para el primer anuncio y haciendo discernimiento de cómo hacer posible un encuentro vivo con Jesucristo en aquellos que no lo conocen, el primer anuncio nos exhorta a la llamada personal que nos hace Jesús desde las personas con las que compartimos la vida, el trabajo, el compromiso, la familia, el barrio. Este anuncio de Jesús sólo será creíble en la medida en que nuestras comunidades saliendo de las periferias existenciales y materiales al encuentro del hermano que sufre. Todo este proceso se ha realizado con dos claves transversales: sinodalidad y discernimiento, con ilusión hemos realizado juntos este camino para descubrir a que nos está llamando Dios, que nos invita a salir al encuentro del hermano sin esperar a que venga a nosotros. Para hacer este proceso no hay recetas ni fórmulas clave, pero sí tenemos muchas experiencias de Iglesia que podemos compartir entre las diversas comunidades y que nos pueden ayudar en el camino, otra clave que ha salido es que el anuncio debe ser personal y siempre desde el acercamiento, la amistad y el testimonio de vida en lo cotidiano. 

Como resumen podemos constatar que en la primera parada del encuentro: Primer anuncio y vida cotidiana, comienza en nuestra vida cotidiana, familia, compañeros de trabajo, vecinos, nuestro encuentro con el Señor nos abre al otro, al hermano. En la segunda parada: Primer anuncio y comunidad, nos hemos dado cuenta de que el primer anuncio parte de una comunidad, no es una realidad que hacemos solos y que debe conducir a que la persona lo ha recibido se pueda incorporar a una comunidad no se puede hacer sin un primer acompañamiento o acompañamiento inicial, como nos recordaba la tercera parada: el acompañamiento del primer anuncio; en todo este proceso es fundamental la escucha, imprescindible en todo diálogo, que no se puede dar sin la apertura al otro, además necesitamos alegría, acogida, esperanza, valentía, gratuidad o humildad. En la última parada: Primer anuncio y formación, tomamos conciencia de una formación que nos ayude por este anuncio, necesitamos nuevos lenguajes, nuevos métodos, hacernos presente en mundo digital o en el de la increencia, y sin olvidarnos de los jóvenes que son un reto para hacer el anuncio y al mismo tiempo que uno de sus mejores agentes para la transmisión. 

El encuentro de este fin de semana ha sido una experiencia en comunión y ahora nos toca contagiar a nuestras comunidades y compartir con ellos lo vivido, ver cómo ponemos en práctica esta conversión pastoral, qué estructura y acciones ayudarán a nuestros hermanos a este encuentro personal y transformador con el Señor. 

Como clausura del acto celebramos la Eucaristía presidida por el Arzobispo de Madrid, el Cardenal José Cobo, en su homilía nos alentó a ir hacia Jesús al desierto de una forma nueva para poder ser expertos en marcar donde quedan los desiertos de nuestro mundo y por conocer de primera mano la sed de la humanidad concreta en la que vivimos, no se trata de ir a nuestras estructuras ni llenar las Iglesias, sino que la dirección principal es la otra, su sed, su necesidad. 

Nos ha recordado que a partir de ahora se nos abren nuevas oportunidades para la misión evangelizadora, nos hemos encontrado comunidades que buscan caminos de creatividad y fraternidad en una constante lucha con las ideas de antes, buscamos en cada desierto nuestra espiritualidad, ésta es la Iglesia que es congreso, sínodo, esperanza y gente buena que se pone en marcha hacia las personas que necesitan recibir el primer anuncio, esto es signo del Espíritu. Y está cerca el reino de Dios en cada uno de vosotros, y en cada una de sus comunidades eclesiales; vosotros sois el motor de la misión de la Iglesia desde su vocación laical. 

REFLEXIÓN PERSONAL

El encuentro de este fin de semana me ha hecho pensar en que muchas veces no dedicamos tiempo suficiente a hacer una parada y discernir lo que nos quiere decir el Espíritu Santo, es él quien nos conduce hacia el centro de nuestra vida cristiana que es Jesús, el primer anuncio debe ser nuestro principal objetivo si queremos dar testimonio del amor de Dios hacia nosotros, no podemos anunciar si antes nosotros mismos no hemos acogido a ese Jesús que nos ama, que dio su vida por nosotros , esto implica un proceso de interiorización de la persona, de saber si realmente queremos tener a Jesús en nuestro interior y que forme parte de nuestra vida, debemos ser creativos a la hora de querer transmitir este primer anuncio, debemos salir de nuestras rutinas y buscar espacios donde pensar como dar a conocer a Jesucristo a los demás.

El objetivo final del encuentro es llegar a dar a conocer el anuncio explícito del mensaje de Jesús por medio de nuestro testimonio y de nuestra vida y por encima de todo con la ayuda del Espíritu Santo que es el motor de todo este proceso y sobre todo por medio de la oración delante del Santísimo, donde esta Jesús presente siempre y en todo momento y que ha de ser nuestro guía en el camino de anunciar a todo el mundo que el Señor quiere ser adorado por todos, nuestro principal objetivo como asociación y movimiento ha de ser conseguir transmitir este primer anuncio que es Jesús a través de nuestra oración y testimonio en la vida cotidiana, en el trabajo, con los amigos, con los que tengan una inquietud de querer encontrarse con el Señor.

Un proceso de discernimiento que nos debe llevar a ser evangelizadores en medio de nuestro mundo, pero ante todo en nuestras diócesis, arciprestazgos y comunidades parroquiales con la ayuda de nuestros pastores debemos construir caminos que nos lleven hacia este objetivo único y principal que es el anuncio del kerigma, dar a conocer a Jesús Resucitado que es la fuente única y verdadera que nos da el agua de la vida.”

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