ADORACIÓN REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTÍSIMO SACRAMENTO (ARPU)

Julio 2025

“MEMENTO, Adorador”: Acuérdate de que en este mes…
Éste es el título de uno de nuestros apartados en nuestras publicaciones mensuales, además de las ya consolidadas Cartas y Noticieros. Se trata de “memorare” o “recordare” para traer a la memoria y al corazón acontecimientos, efemérides, aniversarios, fiestas principales, avisos, normas de funcionamiento de la ARPU, medios también de formación y animación que nos ayuden a coger y asimilar más y más el “espíritu” y las “normas” de nuestro precioso carisma.

Según esto, recordamos en este mes de julio:

OTRAS FORMAS CULTO A LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA FUERA DE LA MISA.

Todo lo que he venido diciendo y explicando sobre la Visita al Santísimo Sacramento se puede aplicar a otras muchas formas de Culto a Jesús Sacramentado fuera de la Misa: Exposiciones más o menos prolongadas (mayores y menores), Bendiciones con el Santísimo, ejercicios eucarísticos como los Primeros viernes de Mes, Jueves eucarísticos, la Hora Santa, las 40 horas, la adoración perenne o perpetua (en algunos lugares ciudades, congregaciones religiosas monásticas), procesiones (entre ellas la mayor y más litúrgica es la que sigue a la celebración eucarística ante el solemnidad del Corpus Christi, a la que nos hemos referido otras veces), etc., según las posibilidades de cada comunidad o parroquia en solemnidad, cantos, preces, silencios contemplativos siempre, etc. Así, por ejemplo, la Exposición de| Santísimo, -la «mayor»- requiere mayor solemnidad en el uso de la custodia, del ostensorio, en luces encendidas, en flores, en incienso, ornamentos, paño de hombros (siempre) para dar la bendición, etc.
Lo mismo para la Procesión solemne: bajo palio (a ser posible), cirios encendidos, cantos-himnos, preces, estaciones, textos eucarísticos, etc.
«(…) En este mundo estamos tan rodeados por las cosas de los sentidos, que las tomamos por realidad absoluta. Pero algunas veces tenemos un destello que corrige esta perspectiva errónea.

Y, sobre todo, cuando vemos al Santísimo Sacramento entronizado, debemos mirar a ese disco blanco que brilla en la Custodia como si fuera una ventana a través de la cual, por un momento, Ilega hasta aquí la luz del otro mundo»

Efectivamente, ese «disco blanco»»-dentro el viril- donde está colocada la Sagrada Hostia bien puede considerarse como «puerta» o «ventana» que nos asoma al Cielo o mejor por donde el Cielo se asoma a nosotros; baste decir y pensar aquello de Juan Pablo II: «un resquicio del cielo se ha filtrado por las nubes…»(cf. Ecclesia de Eucharsitia n. 19).

También puede considerarse un óculo y así se llama (en algunos retablos existen) precisamente porque nos mira, nos ve, nos espera.
Puede considerarse un espejo que refleja la realidad del Cielo cuyos reflejos benéficos llegan precisamente hasta la Tierra. Asimismo, como trono para el Rey de Cielos y Tierra que han de dar gloria al Señor: «Cantemos al Amor de los amores… Gloria a Cristo Jesús!»

También las Custodias -dentro de la diversidad de estilos y formas-según las épocas del arte cristiano, labradas y cinceladas con fe y amor, a medida que se acercan al viril, volviéndose el arte de mayor filigrana, perfección y belleza, sólo visibles para Dios en ella escondido (piénsese en la famosa Custodia de la catedral de Toledo, de Enrique de Arfe) y algo parecido en cualquier catedral o iglesia importante, semejan a un Sol radiante (algunas custodias tienen esa forma y se llaman así «de sol»), «Sol de Justicia», Cristo nuestro Dios, que ilumina, da luz y calor, a cuyos rayos somos atraídos como un imán atrae a las partículas de hierro que somos nosotros; semeja que Cristo tira de nosotros y quiere atraer a todos los hombres según su promesa: «Cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí (Jn.12,32).

Y, en todo caso, debemos pasmarnos ante este misterio de Amor: El Señor busca mi pobre corazón como «trono», para no abandonarme si yo no me aparto de Él. Y no debemos olvidar que en ese «trono» de nuestro corazón Jesús está más alegre -quiere estarlo- que en la Custodia más espléndida.

Del libro: “FIGURAS Y TEXTOS EUCARISTICOS” -Una historia de veinte siglos de doctrina, de fe, amor y devoción al Santísimo Sacramento- de José Luis Esteban Vallejo.

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