ADORACIÓN REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTÍSIMO SACRAMENTO (ARPU)
Agosto 2025
“MEMENTO, Adorador”: Acuérdate de que en este mes…
Éste es el título de uno de nuestros apartados en nuestras publicaciones mensuales, además de las ya consolidadas Cartas y Noticieros. Se trata de “memorare” o “recordare” para traer a la memoria y al corazón acontecimientos, efemérides, aniversarios, fiestas principales, avisos, normas de funcionamiento de la ARPU, medios también de formación y animación que nos ayuden a coger y asimilar más y más el “espíritu” y las “normas” de nuestro precioso carisma.
Según esto, recordamos en este mes de Agosto:
-SAN AGUSTÍN (353-430), Obispo y Doctor de la Iglesia.
Nació en Tagaste (norte de África) el año 354; después de una juventud algo desviada doctrinal y moralmente, se convirtió, estando en Milán, y el año 387 fue bautizado por el obispo Ambrosio. Vuelto a Su patria, Llevó una vida dedicada al ascetismo, y fue elegido obispo de Hipona. Durante 34 años, en que ejerció este ministerio, fue un modelo para su grey, a la que dio sólida formación por medio de sus sermones y de sus numerosos escritos, con los que contribuyó en gran manera a una profundización de la fe cristiana contra los errores doctrinales de su tiempo. Murió el año 430. Su memoria litúrgica se celebra el 28 de agosto.
La experiencia y doctrina de san Agustín es muy completa e intensa sobre el «Sacramento de la unidad y vínculo caridad». pero un aspecto particularmente insistente es el de que la Eucaristía hace a la Iglesia ‘comunión’.
San Agustín es el cantor de esta irrescindible comunión entre Cristo, su Iglesia y los miembros que la componemos. Y ello por la Eucaristía que recibimos. Los tex- tos serían numerosísimos. He aquí algunos:
«Si quieres comprender (el misterio) del Cuerpo de Cristo, oye decir al Apóstol: Vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros (1 Co. 12, 27). Si, pues, sois el cuerpo y los miembros de Cristo, sobre la mesa del Señor está puesto vuestro misterio: es vuestro misterio lo que recibís. Responded a lo que sois; Amén y respondiendo, suscribidlo. De hecho, se te dice: el Cuerpo Cristo, y tu respondes: Amén. ¿Por qué, por tanto, (el Cuerpo de Cristo) en el Pan? No queramos añadir aquí nada de nuestra parte, oigamos sencillamente al Apóstol el cual, hablando de este sacramento, dice: Pues siendo muchos, formamos un solo cuerpo (1 Co. 10, 17».
«Tratad de comprender y alegraros. Unidad, verdad, piedad, caridad. Un solo Pan: ¿quién es este único Pan? Pues siendo muchos, formamos un solo cuerpo. Recordad que el pan no está compuesto de un solo grano sino de muchos. Cuando se hacían los exorcismos sobre vosotros, erais, por así decir, molidos; cuando habéis sido bautizados, habéis sido, por así decir, amasados; cuando habéis recibido el fuego del Espíritu Santo, habéis sido, por así decir, cocidos. Sed lo que veis y recibid lo que sois».
«Se curarán todas tus enfermedades, ‘pero es que son muchas, dirás. Más poderoso es el Médico. Para el Todopoderoso no hay enfermedad insanable; tú déjate sólo curar, ponte en sus manos» (Comentario al Salmo 102).
El Compendio del Catecismo de la iglesia católica, al explicar imagen que ilustra la parte segunda «celebración del misterio cristiano» presenta un largo texto de san Agustín del Sermón 228 B. Comenta:
Recibid, pues, comed el Cuerpo de Cristo, transformados a vosotros mismos en miembros de Cristo, en el Cuerpo de Cristo; recibid y bebed la Sangre de Cristo. No os desvinculéis, comed el vínculo que os une; no os estiméis en poco, bebed vuestro precio».
¿Tienen nuestras Comuniones esa dimensión eclesial de unidad y caridad que significan, reclaman, expresan y realizan?
Del libro: “FIGURAS Y TEXTOS EUCARISTICOS” -Una historia de veinte siglos de doctrina, de fe, amor y devoción al Santísimo Sacramento-
de José Luis Esteban Vallejo.