ADORACIÓN REAL, PERPETUA Y UNIVERSAL AL SANTÍSIMO SACRAMENTO (ARPU)
Junio 2022.
LVII Carta-Circular del Consiliario Nacional de la ARPU
“Cantemos al Amor de los amores…Dios está aquí”.
“Venid, adoradores, adoremos a Cristo Redentor”.
Todos los años en la festividad del Corpus Christi de una u otra manera trato de considerar lo que significa esta festividad -la principal de la ARPU- para que la vivamos de tal modo que influya en nuestra actividad y espiritualidad todo el año y para que volvamos a “asombrarnos”. Cf. Ecclesia de Eucharistia, nn.10, 6.
Es la gracia que podemos y debemos pedir al Señor. Él está deseando concedérnosla para nosotros y otros muchos. Es nuestro carisma ese deseo de Jesús que quiere tener adoradores suyos en el Santísimo Sacramento “todos los días, a todas horas y en todos los sagrarios y por todos los hombres”. Para ello os ayudo con esta Carta de seis puntos o apartados ilustrados con estos dos “dingbats” religiosos de Federico Pustet-Ratisbona, final s. XIX.
1.- ¿Qué es lo característico de esta solemnidad del Corpus Christi (= del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo)?
¿Qué destaca la procesión especialmente solemne y la más importante del año? Pues sencillamente: los objetivos específicos de la ARPU. Pues, ¿qué destaca, qué pone en valor y de relieve? la realidad admirable de la Presencia real, verdadera y sustancial de nuestro Señor en la Sagrada Eucaristía. Este es nuestro objetivo principal como adoradores en la ARPU difundir esta fe católica así como también fomentar la adoración al Santísimo Sacramento.
No se trata de “saber” muchas cosas nuevas “externamente” sino de “gustarlas internamente” y ponerlas en práctica. Esta regla de San Ignacio de Loyola para sus Ejercicios Espirituales la podemos aplicar a los contenidos que sabemos o hemos de saber según el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la Sagrada Eucaristía (cf. nn. 1322-1419).
De alguna manera se pueden sintetizar estos contenidos, si es que se pudiera hacer así, porque el Santísimo Sacramento -como Dios- siempre es “más” y “mayor”. No admite reducciones.
La antífona de las II Vísperas de la Solemnidad del Corpus Christi los expresa así: “Oh, sagrado banquete, en el que Cristo es nuestra comida, se celebra el Memorial de su Pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la vida eterna”. ¡Todo un mar inagotable!
Todo ello es Jesús sacramentado por su Presencia real, verdadera y sustancial; es el “Pan que recuerda la muerte de Cristo”, es el autor de la gracia…
La Secuencia de la solemnidad del Corpus Christi, cuando se reza o canta completa, comienza así:
“Canta, oh Sión (=Iglesia), con voz solemne, al que a redimirte viene, a tu Rey, a tu Pastor”.
“Alaba cuanto se puede, que a toda alabanza excede, toda es poca en su loor”. O bien para decirlo con una estrofa del himno eucarístico:
“Oh gran prodigio del amor divino, milagro sin igual, prenda de amistad, banquete peregrino do se come al Cordero Celestial”.
“He aquí el Pan de los ángeles, hecho alimento de los caminantes, verdadero Pan de los hijos, no se ha de echar a los perros”. (Traduzco del latín una de las dos ilustraciones que os pongo en esta carta:
La Sagrada Eucaristía es el “Sacramento (signo) de unidad y vínculo de caridad” (San Agustín). Y también “el Pan de los ángeles se hace Pan de los hombres”. (del himno “Sacris solemmis” del Corpus Christi).
2.- Aplicaciones y compromisos concretos para nosotros:
De este hecho de “saber” estas y otras verdades o dimensiones del “admirable Sacramento”, se derivan para nosotros algunas consecuencias, compromisos y respuestas de amor concretos porque “amor con amor se paga”: nuestro amor es de correspondencia.
1ª.- Que nosotros debemos celebrar y vivir esta solemnidad en la santa Misa, en la Procesión más importante del año, en la Comunión fervorosa y en otros actos o visitas con el mayor fervor, gozo y entusiasmo posibles.
2ª.- Sabemos que la Procesión es signo y realidad de que Jesús Sacramentado nos acompaña en nuestro caminar diario, como a los discípulos de Emaús. Que es Él mismo a quien acompañamos en las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades.
3ª.- Que es el mismo Divino Jesús que, siendo el “solitario en tantos tabernáculos del mundo” y el “centinela divino” en los sagrarios durante todo el año, cada día y noche (nosotros descansamos pero él no descansa), vela por las almas consagradas, por los sacerdotes y los laicos, por los extraviados y pecadores, por los pobres enfermos, por los moribundos…por todos nosotros. Y así velando nos espera desde hace 20 siglos en los sagrarios de esos mismos pueblos y ciudades. Nos acompaña por el camino… porque nos espera con amor donde vive en soledad y en el silencio. ¡Qué gran misterio! Es el mismo que vive adorado por miríadas y miríadas de ángeles y santos (cf. Ap 5,11-14).
Este es el misterio que quiere destacar la Solemnidad del Corpus Christi. Y para que caigamos en la cuenta se instituyó en la Iglesia por el Papa Urbano IV en el siglo XIII.
Para decirlo con palabras del Papa San Juan Pablo II “La Eucaristía, presencia salvadora de Jesús en la comunidad de los fieles y su alimento espiritual, es de lo más precioso que la Iglesia puede tener en su caminar por la historia” (Ecclesia de Eucharistía, n 9).
4ª.- Por eso hacemos fiesta grande, solemne, la celebramos y vivimos y damos a conocer con gozo exultante y ferviente, consciente, activa y fructuosamente. ¡Todo el día como una fiesta para el Señor! Aquí podemos cantar también. “Aleluya, aleluya, es la fiesta del Señor” Resucitado y Sacramentado.
5ª.- Se nos pide (acaso para todo ello…) que hagamos un “triduo eucarístico de preparación o después “en su honor y desagravio” (Cf. Estatutos, artículo 14). En otros tiempos había “Octava del Corpus”.
6ª.- Asimismo, se deriva que invitemos a otros a que lo vivan como corresponde a ser sus cristianos, “verdaderos adoradores del Padre en espíritu y en verdad pues tales son los adoradores que el Padre busca” (Jn 4, 23). Los busca por nuestra mediación y los da para Jesús Sacramentado quien “desea ser adorado” para poder realizar “sus milagros” en la Iglesia y en el mundo: conversiones, vocaciones, apóstoles, etc.
Nosotros somos “sus adoradores” por vocación, por don o carisma recibido, por convicción profunda si hacemos nuestro, en este sentido, el himno del Congreso eucarístico de Madrid que desde 1911 viene resonando en toda España y en otras muchas naciones de habla hispana: “Venid, adoradores, adoremos a Cristo redentor”.
Asimismo, con el himno muy actual del Congreso eucarístico internacional de 1952 en Barcelona: “Cristo en todas las almas y en el mundo la paz” (bis).
“Tiradas a tus plantas las armas de la guerra, rojas flores tronchadas con el ansia de amar, hagamos de los mares y la tierra como un inmenso altar…”
3.- ¿Cómo hacerlo?
Os exhortamos a retomar la “campaña” que os proponíamos e iniciábamos en el Jueves Santo y el Corpus Christi (cf. Propuesta n. 17ª. En Carta de abril-mayo pasados):
“Concretando lo que decíamos antes de cómo vivir como adoradores y promover la ARPU con motivo del Jueves Santo y Corpus Christi y de acuerdo con nuestros Estatutos (art. 14) de organizar (…) turnos de adoración ante el monumento el Jueves Santo…”.
Ante la festividad por excelencia de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía volvemos a hacer estas propuestas:
1ª.- Que pidamos a los párrocos y rectores de catedrales, de templos católicos, etc. que animen a los fieles a visitar al Santísimo, a que “surjan” adoradores. Son para Jesús sacramentado, son para su gloria y nuestra salvación y la del mundo entero.
2ª.- Que se permitan poner los carteles de reclamos en los templos abiertos para la adoración por fieles al Santísimo (cf. CIC can. 937),
3ª.- Que se permitan difundir los trípticos informativos y se repartan las fichas de inscripción (cf. Impresos en el Memento de estos meses pasados).
4.- ¿Cómo hacer nuestro apostolado y testimonio eucarísticos?
1.- Con nuevo ardor: el ardor que alimentamos y fomentamos en nuestras reuniones, celebraciones, en el plan de vida eucarístico en la ARPU.
2.- Con nuevos métodos: Empleando las “armas” que tenemos para esta “batalla de amor y de paz”: luchar con la oración porque los adoradores no surgen por “generación espontánea”; son -somos- un don del Padre para Jesús Sacramentado: “Todo lo que me da el Padre vendrá a mí…” (Jn 6,36). ¡Claro!, que acaso antes hay que pedir conversiones, confesiones, vocaciones…; pedir adoradores con nombres y apellidos.
Con el ejemplo porque “las palabras atraen, pero los ejemplos arrastran”, el ejemplo demostrado en testimonios de fe y amor a Jesús sacramentado en tantos signos y modos, ocasiones y encuentros con personas… como podamos.
Y con la palabra persuasiva: “¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian el Evangelio…” Y “Creí por eso hablé” (cf. Rom 10, 14, 17).
3.- Los nuestros son: Hacer la propuesta explícita de practicar cada semana este obsequio al Santísimo Sacramento: nuestra media hora de encuentro semanal con el Señor ante un Sagrario.
– Hablando de nuestra experiencia en torno a hacer fervorosas visitas al Santísimo.
– Informando de nuestras reuniones, celebraciones, actividades…
– Tratando a cada uno con amistad, con confianza y dando testimonio de Jesús Sacramentado con valentía y creatividad gozosas.
– La experiencia demuestra que es el modo o método más eficaz. – – Piense cada uno cómo conoció y se inscribió en la ARPU.
4.- Con nuevas expresiones: las que el Espíritu Santo nos sugiera según nos ha enseñado Jesús en el Evangelio: “de la abundancia del corazón habla la lengua”. ¡Cómo lo harían San Pascual Bailón, nuestros fundadores!
– Cómo hacerlo? Teniendo a mano y empleando nuestros recursos como “armas” también concretas: carteles, trípticos informativos, fichas de inscripción, página web, etc.
Un estímulo poderoso: pensemos en las dificultades que tendrán -tienen- los cristianos perseguidos en tantos lugares del mundo… supuesta la celebración de la Santa Misa dominical, para hacer la visita a Jesús en sus Sagrarios sin duda tienen aún más dificultades: para encontrar un templo católico, una capilla, en un país donde la mayoría es musulmana o islámica…
Este hecho ha de motivarnos a nosotros a que cumplamos con gozo, con gratitud, con presteza, con amor con nuestros compromisos de amor con el Señor teniendo tantas facilidades: sagrarios que podemos “asaltar” fácilmente al encontramos con muchos templos donde se halla reservado el Señor: catedral, parroquias, comunidades religiosas, oratorios, capillas, etc. Donde nos espera amorosamente.
5.- En este mes de junio tratemos de celebrar y vivir en clave eucarística todas y cada de las grandes y muchas festividades-solemnidades litúrgicas como son:
1ª. La Pascua de Pentecostés: “Recibiréis el Espíritu Santo…”.(5 de junio)
Todo gracias al Padre, a Jesús Sacramentado y al Espíritu Santo.
2ª.- La Solemnidad de la Santísima Trinidad. (12 de junio).
La Sagrada Eucaristía es acción trinitaria; ¡Te adoramos: para Ti nuestra vida, para Ti nuestro amor!
3ª.- La Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (19 de junio)
(Cf. lo escrito en los puntos de esta Carta).
4ª. La Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús: (24 de junio)
Está vivo en la Eucaristía, en los Sagrarios- como en el Cielo. ¡Qué misterio! Con la memoria del Inmaculado Corazón de María al día siguiente
5ª.- La Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista (24 de junio).
6ª.- La Solemnidad del martirio de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo que nos transmitieron la Eucaristía. (29 de junio).
6.- Últimas exhortaciones.
Queridos adoradores y de modo particular los miembros de los Consejos o Delegaciones de la ARPU: consiliarios, delegados (as), secretarios (as), vocales, etc.
1ª.- Que en la ARPU correspondáis a sus ardientes amores y deseos en estas solemnidades del Corpus Christi y en las demás mencionadas.
2ª. ¿Estáis de acuerdo en que aportemos las 20 propuestas de la ARPU, expuestas en las cartas del Consiliario Nacional en los meses pasados (marzo-abril-mayo…), a la Conferencia Episcopal Española para participar en el Sínodo? Responded pronto para que lleguemos a tiempo.
3ª.- Por favor, por amor a Dios Sacramentado, responded si todas o en parte o con algunas modificaciones. Si no decís nada, en el plazo de quince días, entenderemos los del Consejo Nacional que sí podemos enviar todas.
4ª.- Sacad vosotros las aplicaciones concretas (espirituales, eucarísticas, litúrgicas, apostólicas, eclesiales…) que corresponden, que os propongo de parte de Dios en mis Cartas. Si las meditáis ante Jesús Sacramentado os saldrán muy provechosas para vosotros y los demás.
Con estos deseos ¡Sea por siempre alabado el Corazón de Jesús Sacramentado!
1 de junio de 2022, 70º aniversario de mi Primera Comunión.
Fdo.: José Luis Esteban Vallejo, -Consiliario Nacional de la ARPU